El superclásico fue un buen partido, pero se hace eco en otras cosas

El domingo pasado se disputó el Superclásico entre River y Boca, un partido que dejó mucha polémica para ambos lados. Las quejas de Boca son inconsistentes, más cuando cobraron un penal que sí era. El equipo Xeneize está jugando muy mal los últimos superclásicos, es cierto que antes de este domingo ganó dos seguidos, pero una victoria no tiene nada que ver con jugar bien o mal. El Xeneize jugó los últimos partidos con mucho miedo y tirado muy atrás esperando alguna contra.

River, por su parte, anuló bien a los dirigidos por Jorge Almirón. La gran figura para Boca fue Cristian Medina, que poco se entiende por qué sigue siendo suplente. Para River, la figura fue Nacho Fernández, que sabe jugar estos partidos. Se vio el juego de ambos equipos nervioso, por eso varias patadas que les costaron la amarilla.

La expulsión de Enzo Díaz es injustificada, la primera amarilla no fue, fue un contacto de disputa de balón con Advíncula. La entrada en el segundo tiempo de Solari fue una gran clave para el resultado final. El técnico Demichelis, que venía de errar en el partido de Copa contra Fluminense, en esta pegó casi todas.

El penal fue claramente, ya que viene de un choque con Solari del joven Agustín Sández. Quien pateó el penal fue Miguel Borja, un jugador que no perdió ante los juegos mentales del Dibu Martínez, mucho menos de Romero. El 1 a 0 fue bien definido por el colombiano que necesita más minutos.

El accionar de Palavecino estuvo mal, pero Chiquito Romero fue el detonante de todo. En un falso sentido de heroísmo, el ex arquero de la selección provocó el amontonamiento y una pelea sin sentido. Figal derrotado, había aceptado el gol.

El partido en sí no fue malo, hubo muchas llegadas, Romero fue clave en varias, Armani atajó las que le llegaron. Boca deberá mejorar mucho y enfocarse en la Copa Argentina y Libertadores. River está cómodo arriba, pero no debe desatender el campeonato que todavía queda mucho.

Fue un buen espectáculo, pero…

La verdad es que el Superclásico sigue siendo el partido más importante del fútbol argentino, y aunque esta vez no hubo un resultado tan contundente como en otras oportunidades, se vio un buen espectáculo futbolístico. La rivalidad entre ambos equipos es enorme y cada uno busca ganar el partido a como dé lugar.

Sin embargo, es importante resaltar que la violencia que se generó al final del partido no es aceptable en ningún contexto. Los jugadores y los hinchas deben entender que se trata de un deporte y que no hay ninguna justificación para las agresiones verbales o físicas. El superclásico dejo mucho de qué hablar en la semana, hasta el día de hoy es análisis de los medios deportivos.

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